la brisa cruda invade el callejón con estelas de ternura
y un poco de siempre he de adorarte tiernamente
y harta nostalgia
los faroles del estrecho camino
como sus ojos de cuarto creciente encienden mis párpados
queman el pecho mientras reconocen mis noches sin luna
el planeta del amor es tangible en cada sístole
los sueños no necesitan doce de la noche para volar
ni siquiera se necesita faroles para ver los colores
la esquina del balcón oscuro basta para iluminar un mundo
con los ojos cerrados
y un susurro para acompañar los latidos
...
absurdos estos minutos ahogados aquí
.
6/3/10
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